Ansiedad

Por Alexander Torres Iriarte

¿Cuántas películas han provocado en algunos espíritus sensibles canciones hermosas? Lo decimos por Ansiedad de “Chelique” Sarabia, hecho curioso que, más allá de ser tenido como una anécdota farandulera, como se podría creer, ratifica el influjo cultural que ha ejercido y ejerce México en Nuestra América, en general, y en Venezuela, en específico. Un vínculo espiritual profundo que todavía falta por estudiar con detenimiento. Ansiedad es un drama de la época áurea del cine mexicano, un film protagonizado por las estrellas del momento: Pedro Infante y Libertad Lamarque. Esta película vería la luz en 1953 bajo la dirección del afamado Miguel Zacarías.El argumento es la historia de una pareja de pocos recursos que tienen unos gemelos. Ante la muerte casual de otro niño de familia adinerada y por las circunstancias de la vida, Rafael decide dar secretamente a uno de sus hijos para que suplantase al neonato difunto; situación aprobada por María, madre del bebé entregado. Pasarían los años y la disputa de ambos hermanos por la misma mujer revelaría toda la verdad. Esta película sería exhibida en la Caracas en 1955, y un joven, que rozaba los 15 años de edad, José Enrique Sarabia Rodríguez, estudiante de la Escuela Técnica Industrial, imbuido en la obra que acababa de ver, se motivaba a escribir unas líneas con el mismo nombre: “Ansiedad, de tenerte en mis brazos/musitando palabras de amor./Ansiedad, de tener tus encantos/ y en la boca volverte a besar.” La novia ausente y la nostalgia por su pueblo margariteño lo inspirarían definitivamente, pero con otra trama poética.El primer artista que imprimiría en acetato Ansiedad sería el cantante venezolano Rafael Montaño. Esta melodía alcanzaría tres años más tarde, en 1958, estatura mundial, por la interpretación que le diera el artista estadounidense Nat King Cole. Aquí despegaría la fama de una canción que es carta de presentación -como Alma Llanera, Caballo Viejo, Moliendo Café- de la querencia venezolana. Ansiedad ha sido tarareada en inglés, francés, italiano, portugués y muchos idiomas más, en casi mil versiones. Entre los vocalistas más populares que la han cantado se encuentra el mismísimo Javier Solís. Vendrían otras cosechas de “Chelique”: Cuando no sé de ti, No te muerdas los labios, Alas de cristal, Mi propio yo, En este país, etc. Como dato llamativo, el también publicista “Chelique” sería responsable del jingle “Ese hombre si camina”. Era la campaña electoral de Carlos Andrés Pérez, quien coronaría su primer gobierno en 1973, de infausta recordación. Más allá de la diatriba política, el compositor, a nuestra manera de ver, fue un músico de primera. Un aspecto digno de resaltar, es que en 1976 “Chelique” grabaría un álbum en colaboración con el mexicano Armando Manzanero, titulado Manzanero & Sarabia: Los románticos de América, en el que reunirían bellísimas creaciones. Una especie de mano a mano entre los dos grandes autores. ¿Quién diría que aquel pasajero del autobús de San Bernardino terminaría en el Cine Principal, templo de las tragedias mexicanas, y tendría una experiencia mística ante los dioses de la hora, dejando a la posteridad un auténtico himno al amor y al despecho?: “Tal vez estés llorando al recordarme/ y estreches mi retrato con frenesí/ y hasta tu oído llegue la melodía salvaje/ y el eco de la pena de estar sin ti.”

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