
La Cumbre del G20 en Río de Janeiro ha sido considerada como un fracaso para Javier Milei y sus políticas extremistas de derecha. Rápidamente pasó de estar en el centro de las miradas en Palm Beach y recibir elogios de Donald Trump, a ser poco más que una sombra en la cita de Brasil.
Su aislamiento estuvo en boca de los presentes y se materializó en diferentes aspectos. Fue evidente que frente a los líderes de los países que representen el 85 por ciento del PBI mundial, el “libertario” tuvo que suspender su show y acompañar el documento de consenso impulsado por el anfitrión Lula, al que solo le pudo agregar algunas notas al margen que tuvo que salir a difundir por fuera.
Una fuente diplomática que estuvo en la organización del G20 explicó al medio argentino La Política, que “el acuerdo que se hizo con Argentina fue el siguiente: Milei no iba a obstaculizar el consenso si tenía la oportunidad de hablar después de la aprobación del documento. Así lo negociamos y se hizo. Ahí, puntuó las cuatro cosas que estaban en contra de la declaración”.
El discurso de Milei contra el multilateralismo y en defensa de las naciones occidentales se chocó con la real política internacional que se cristaliza en las dos reuniones de alto nivel que tuvo con Xi Jinping y Narendra Modi, que confirman que buena parte de la dinámica comercial que puede favorecer al ingreso de dólares por exportaciones argentinas serán del lado Oriental del mundo.
Este aislamiento del presidente argentino quedó de manifiesto con la ausencia del líder libertario de la foto final en donde aparecen todos los integrantes con Lula, Biden, Xi Jinping y Narendra Mondi en el centro de la escena.