
Te aseguro Abue que ese domingo llegó con mucha fuerza Hael Cherrías.
Carta a la Abue Alexander Torres Iriarte Traía su cabello rizado, su rostro atezado y una nariz nada parecida a la del perfil griego. Su sus cejas estaban fruncidas por el dolor del cautiverio, pero su semblante permanecía despejado como el de Siddhartha de Herman Hesse. De impronta indiada con salpicadura de negritud sus ojos…