
Mientras aquello es una realidad, al unísono existe otra realidad. En este sentido, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo denunció, el 17/10/2024, que en el planeta hay más de 1.100 millones de personas -una de cada ocho en el planeta- que sufren de pobreza aguda, la mitad de ellas siendo población infantil. Esta situación es tres veces peor en las zonas de conflicto.
La pobreza aguda en las zonas en conflicto afecta al 34,8% de la población, frente al 10,9% de los países en paz, según el Índice de la Pobreza Multidimensional Global (IPM) que el PNUD y la Iniciativa de Oxford sobre Pobreza y Desarrollo Humano elaboran desde 2010.
A diferencia del Banco Mundial que fija la pobreza extrema cuando una persona gana -como mucho- 2,15 dólares al día, el IPM se elabora con indicadores como la falta adecuada de vivienda, saneamiento, electricidad, combustible para cocinar, nutrición y escolarización.
«El IPM 2024 dibuja un panorama aleccionador», dijo el jefe de estadísticas del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, Yanchun Zhang, quien alertó que -de los 1.100 millones de personas pobres multidimensionales- «455 viven en la sombra de conflictos».
«En las naciones asoladas por la guerra, los índices de pobreza son tres veces superiores a los de entornos más pacíficos y las privaciones a las que se enfrentan las personas -ya sea en materia de nutrición, agua, saneamiento, electricidad o educación- son de tres a cinco veces más graves» y agregó Zhang que «para los pobres de los países afectados por conflictos, la lucha por las necesidades básicas es una batalla mucho más dura y desesperada».
En 2023, había más conflictos que en ningún otro tiempo desde la II Guerra Mundial, recuerda el informe, que estudió la situación de 112 países, donde viven 6.300 millones de personas. Sus conclusiones son que la pobreza afecta más a las zonas rurales (28%) que a las urbanas (6,6%); que las personas menores de 18 años están más afectadas (27,9%) que las adultas (13,5) y que la mayoría (83,2%) de las personas pobres del mundo vive en el África Subsahariana y el sureste asiático.
Los cinco países con los mayores niveles de pobreza son India (234 millones), Pakistán (93 millones), Etiopía (86 millones), Nigeria (74 millones) y República Democrática de Congo (66 millones).
En América Latina, el 5,8% de la población -34 millones- vive en situación de pobreza multidimensional. Haití encabeza la lista de la región, con 41,3% de la población en pobreza aguda, seguido de Guatemala con el 28,9%.
Para Sabina Alkire, directora de la Iniciativa de Oxford, las guerras y los conflictos no sólo dejan «profundas y duraderas cicatrices en las vidas de muchas maneras», sino que «dificultan la reducción de la pobreza», lo que «plantea a la comunidad internacional el reto ineludible de centrarse en la reducción de la pobreza y fomentar una paz duradera».
Por otra parte, la directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Audrey Azoulay, dice, en un reporte, que cerca de 251 millones de niños carecen de acceso a la educación a pesar de los esfuerzos globales y avances para garantizar ese derecho humano.
«La educación de calidad corre el riesgo de convertirse en el privilegio de unos pocos si no tomamos medidas serias» y se confirma una brecha especialmente alarmante entre los países ricos y pobres, así como falta de inversión sobre todo en territorios de renta baja.
Como consecuencia, en las naciones de menores ingresos, el 33 por ciento de los niños y jóvenes en edad escolar no asisten a la escuela, en comparación con apenas el tres por ciento en los países de altos ingresos.
Según el comentado reporte se muestra un peor contexto en África subsahariana, donde se encuentran más de la mitad de todos los infantes y adolescentes sin escolarizar del mundo.
Audrey Azoulay llamó a la acción al considerar a la educación como el motor fundamental de las sociedades prósperas, inclusivas y pacíficas, y reclamó más acceso para que todos los menores del mundo tengan las mismas oportunidades de aprender y prosperar.