El rostro más cruel del imperialismo son la persecución y encierro sin juicio
Caracas, 3 de mayo de 2025 — El Gobierno Bolivariano de Venezuela denunció este viernes ante la comunidad internacional un nuevo capítulo de violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidas contra migrantes venezolanos por parte de los gobiernos de Estados Unidos y El Salvador. La denuncia incluye prácticas como la separación forzada de familias, detenciones arbitrarias, deportaciones ilegales y confinamientos inhumanos, que configuran un expediente de crímenes de lesa humanidad.
Uno de los casos más alarmantes es el de Maikelys Espinoza, una niña venezolana de apenas dos años, separada de su madre, Yorely Bernal, por funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. Su padre fue secuestrado y deportado sin juicio al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador, una prisión de máxima seguridad denunciada por operar como un campo de concentración moderno. La madre, también perseguida, fue finalmente repatriada a Venezuela. “Me arrancaron a mi hija sin explicación. No me dejaron abrazarla, no me dijeron a dónde la llevaban. Solo por ser venezolana me trataron como una criminal. Lo único que pido es que me devuelvan a mi niña y que nos dejen vivir en paz”, declaró entre lágrimas Yorely Bernal, madre de Maikelys, desde Caracas.
“¿Cuál fue el delito de esta familia? Ser venezolanos”, denunció un vocero del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz. El ministro Diosdado Cabello también reveló que en el vuelo de repatriación del 2 de mayo, que trajo de regreso a 174 connacionales desde EE.UU., viajaba una adolescente de 17 años que fue separada de sus padres junto a sus dos hermanos menores. Hasta la fecha, no tiene noticias de su familia.
Estas acciones violan múltiples tratados internacionales, entre ellos la Convención sobre los Derechos del Niño, firmada por EE.UU. en 1995, que establece el derecho de los menores a preservar su identidad y relaciones familiares. También se infringen normas como la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que tipifica como crimen de lesa humanidad la deportación forzosa y la desaparición de personas.
Actualmente, más de 250 venezolanos permanecen detenidos en el CECOT, sin haber cometido delito alguno en EE.UU. o El Salvador. Muchos de ellos fueron deportados sin el debido proceso, incomunicados y sometidos a tratos crueles, inhumanos o degradantes.
El Gobierno venezolano ha reiterado su llamado a los organismos multilaterales, incluyendo la ONU, la Corte Penal Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para que se investigue y sancione esta política de persecución y xenofobia contra la migración venezolana.
En un contexto donde millones de venezolanos han sido forzados a migrar por las consecuencias del bloqueo económico y las medidas coercitivas unilaterales, Venezuela exige respeto a la dignidad de su pueblo y el cese inmediato de estas prácticas inhumanas.
Desde Intersaber, nos solidarizamos profundamente con las víctimas de estas políticas inhumanas y nos sumamos a la exigencia de justicia y reparación. Alzamos nuestra voz junto al pueblo venezolano y a las organizaciones defensoras de derechos humanos para exigir la liberación inmediata de la niña Maikelys Espinoza y la reunificación con su familia. Ningún niño o niña debe ser separado de sus seres queridos por razones políticas, económicas o de nacionalidad. La dignidad humana no tiene fronteras.
Prensa Intersaber.-