LA X CONFERENCIA DE CLACSO

Por Franklin González

“No se trata de que Clacso no sea racista, sino que sea antirracista” (Pablo Vommaro).

Entre el 9 al 12 de junio bajo el lema “Horizontes y transformaciones para la igualdad. Democracias, resistencias, comunidades, derechos y paz”, se realizó la X Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, en la Universidad Nacional de Colombia-Sede Bogotá, la Escuela Superior de Administración Pública-ESAP, y el centro de convenciones Ágora.

Tuve el privilegio y honor de estar allí presente, representando al Instituto de Investigación y Postgrado de la Escuela Nacional de la Magistratura (IIPENM).

Me tocó presentar la Ponencia: “Venezuela, un asunto de Geopolítica Mundial” y, además, ser moderador del libro de CLACSO sobre el impacto de las Medidas Coercitivas Unilaterales en Venezuela.

¿Qué es CLACSO?

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) es una institución internacional no-gubernamental con status asociativo en la UNESCO, creada en 1967. Actualmente, reúne 927 centros de investigación y posgrado en el campo de las ciencias sociales y las humanidades en 56 países de América Latina, el Caribe y otros continentes.

En esta edición, la Conferencia convocó a más de 15 mil personas entre investigadores, académicos, activistas, y tomadores de decisión.

Entre los objetivos de CLACSO se encuentran:

-Promover la investigación social para el combate a la pobreza y la desigualdad, el fortalecimiento de los derechos humanos y la participación democrática.

-Contribuir, desde los aportes de la investigación académica y del pensamiento crítico, a promover políticas de desarrollo sustentables en términos económicos, sociales y ambientales.

-Tender puentes entre la investigación social y las políticas públicas, impulsando acciones innovadoras, creativas y viables ante los grandes desafíos sociales, educativos, culturales y ambientales de América Latina y el Caribe.

-Apoyar la formación de redes de investigadores/as e instituciones que actúan en el campo de las ciencias sociales y las humanidades.

-Fortalecer los procesos de internacionalización académica en América Latina y el Caribe.

-Ampliar la cooperación y el diálogo académico Sur-Sur y Norte-Sur.

-Estimular el desarrollo y la consolidación de las ciencias sociales y del pensamiento crítico en los países más pobres de América Latina y el Caribe.

-Intervenir en el debate público nacional y regional, aportando las perspectivas y contribuciones de la investigación social basada en resultados.

-Colaborar con la formación de agentes gubernamentales, activistas sociales y profesionales de la prensa en temas sociales, educativos, culturales y ambientales, acercándolos a problemáticas abordadas desde las ciencias sociales y a las evidencias que la investigación social aporta.

-Generar condiciones de acceso abierto a la producción académica latinoamericana y caribeña, contribuyendo a la democratización del acceso al conocimiento y permitiendo su más activa utilización por parte de los gestores de políticas públicas, las organizaciones sociales y ciudadanas, la prensa y el propio sistema universitario.

Nuevo Director Ejecutivo.

En la Asamblea se escogió a Pablo Vommaro, argentino, doctor en Ciencias Sociales, docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

También es Posdoctor en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, especialista en juventudes y movimientos sociales, es quien tendrá la tarea de conducir la organización durante el próximo trienio 2025-2028.

Vommaro asume la dirección ejecutiva de CLACSO con la siguiente agenda:

-El elegido dijo que su elección fue un gran triunfo de un proyecto colectivo. Insistió en trabajar colectivamente, y que cada uno de los centros miembros, cada uno de los grupos de trabajo, cada una de las organizaciones que hacen parte formalmente de la red CLACSO, o que están vinculadas a partir de diferentes proyectos, se puedan sentir parte y puedan ser protagonistas del movimiento que es CLACSO.

-Lo anterior es nodal ante los embates de las ultraderechas, ante un sistema cada vez más mercantilizado que nos invita a competir, a individualizarnos, a un sálvese quien pueda, a que yo gano, pero te voy a pisar o te voy a hundir a ti para que tú no ganes. Po tanto, apostar a lo colectivo no solamente es una metodología, sino que es un principio político para poder construir esos cambios.

-Dijo que hay que avanzar en una integración regional mucho más potente, mucho más fuerte, que sea no solamente desde los gobiernos o los Estados, sino desde los pueblos y desde las organizaciones sociales. “Creo que ese espacio continental de integración y de articulación de organizaciones sociales, movimientos, colectivos, territorios es muy necesario. Hoy no existe, hay una gran vacancia”.

Creo que muchas de las restricciones que tienen que ver con movilidad, que tienen que ver con discriminación, que tienen que ver con xenofobia, que tienen que ver con racismo; podrían contrarrestarse. O, mejor dicho, las herramientas para poder contrarrestarlo tienen que ver con una integración regional mucho más potente. Y para eso no hay que descansar en los gobiernos, ni siquiera en los gobiernos progresistas, populares o de las izquierdas, porque uno podría decir, bueno, una integración que inicie en Brasil, en Uruguay, que pueda recorrer Chile, Bolivia en sus contradicciones, Venezuela, Honduras, Colombia, Guatemala, México, Cuba. Sí, sin duda, pero creo que la potencia del movimiento social está empujando desde abajo esa integración. Empujando a los gobiernos de las izquierdas, progresistas, populares para que esa integración sea realmente posible y condicione entonces a las ultraderechas”.

– “Porque las ultraderechas muchas veces pueden avanzar mucho más gracias a las limitaciones o a los errores de las izquierdas. Por lo tanto, Creo que ahí el movimiento social tiene como una tarea que ojalá CLACSO pueda promover, impulsar, potenciar, que es ponerle freno, hacer un cerco contra las ultraderechas, pero también empujar a los gobiernos de las izquierdas para que puedan realmente hacer medidas que puedan contrarrestar estos procesos de una forma mucho más efectiva”.

– “La lógica dominante de CLACSO, es solo la lógica académica, sino también que es una lógica excluyente, racista y discriminatoria. En CLACSO, el ingreso de toda la dimensión afrodescendiente, afrodiaspórica y de las negritudes fue algo tardío. Quizás la inclusión de los pueblos indígenas fue un poco anterior, en los años 90, y recién a partir de 2015 o 2018 comenzó a incorporarse esta otra dimensión”.

– “Pero no se trata solo de que CLACSO no sea racista, sino de que sea antirracista; es decir, que pueda implementar medidas concretas para contrarrestar el racismo estructural, esos mecanismos invisibles, imperceptibles, naturalizados. Bueno, imperceptibles al menos para quienes no los viven, pero que están naturalizados y muchas veces llevan a que alguien diga: «¿Cómo va a ser racista CLACSO si mirá todo lo que hay, todos los que están?». “Claro, pero no hay que pensarlo sectorialmente, hay que pensarlo transversalmente. Como decimos: no se trata de que CLACSO sea más feminista solo porque haya más espacios de género donde las mujeres hablen sobre género. Esto es similar: no se trata de que las personas negras hablen únicamente sobre cuestiones afrodescendientes. Tiene que ver con una transversalidad”.

-Por eso hablamos de un CLACSO antirracista, contra el racismo epistémico. Porque también existe eso: «Bueno, tienen sus costumbres y tradiciones, hacen folklore y a lo mejor visibilizan sus ancestros, pero la ciencia la dejamos a nosotros». Por eso hablamos de un racismo estructural y también de un racismo epistémico, que tiene que ver con estas discriminaciones en el modo en que se produce el conocimiento, en quiénes son las voces autorizadas para decir ciertas cosas.

-Creemos que es necesario incidir en las agendas públicas, pero en agendas públicas situadas, territorializadas, no solamente en las agendas mainstream de Ginebra o Nueva York. También hay que incidir ahí, claro, pero creo que hay que incidir mucho más en las realidades continentales, territoriales, situadas, del propio movimiento afrodescendiente. Y creo que en eso es importantísimo que CLACSO sea un aliado en el sentido de poder trabajar juntos, como un aliado horizontal.

-Es necesario construir un CLACSO mucho más intergeneracional, abierto fuertemente a las nuevas generaciones, abierto a las juventudes en diferentes planos, a jóvenes estudiantes, académicos, profesores, investigadores, activistas sociales. Por un lado, creo que es necesario innovar también en las herramientas interpretativas, en las formas de construcción política a donde las nuevas generaciones traen otras improntas que muchas veces son desconocidas o son postergadas.

-La juventud es aquí, es ahora, es el presente y esa irrupción de las juventudes, creo que hay que poder escucharla, creo que hay que poder crear los espacios de protagonismo, participación y toma de decisiones inclusive para las nuevas generaciones. Porque ¿dónde están las ultraderechas disputando subjetividades, mentalidades, formas de concebir el mundo, o ideologías como decíamos hace 30 años? En las juventudes, o sea, tienen toda una serie de dispositivos montados desde las corporaciones mediáticas, desde el gran capital concentrado, desde los grupos fascistas, violentos, xenófobos, todo montado para que las nuevas generaciones incorporen esos discursos y esas formas de ver el mundo.

-Uno puede trazar una trama donde se entrelazan territorialidades, racismo y desigualdad generacional, por ejemplo, en el caso de las mujeres negras rurales. Se puede pensar en estas jóvenes negras rurales, en los jóvenes varones negros que viven en las favelas, quienes muchas veces experimentan desigualdades múltiples. Son ellos y ellas quienes reciben el mayor hostigamiento, que en algunos casos se expresa como criminalización o judicialización, y en otros, directamente, como eliminación física por parte de las fuerzas estatales.

– ¿Quiénes van a tener los empleos más precarizados? ¿Quiénes tendrán menor acceso a la educación, a la salud, a los servicios públicos? Precisamente estas poblaciones. CLACSO tiene una responsabilidad intelectual, política y también ética, como espacio de cuentistas sociales articulado con los movimientos sociales, de intervenir para interpretar, para explicar o comprender científicamente estas desigualdades en su multidimensionalidad. Pero también tiene la responsabilidad de generar iniciativas concretas para contrarrestarlas. No se trata sólo de comprender, sino también de transformar.

-Hay que incidir directamente en cómo contrarrestar estas desigualdades multidimensionales dentro de la propia academia. Es necesario reflexionar sobre el racismo epistémico, mirar hacia nuestras propias prácticas. ¿Cuáles son las prácticas que estamos reproduciendo en términos de discriminación de género, racismo, xenofobia, estigmatización, segregación? Abordar estas cuestiones puede contribuir a transformar capilarmente estas realidades y dinámicas.

-Hoy es más difícil —aunque ojalá podamos lograrlo— pensar en un gran cambio estructural masivo, como una revolución. Esa utopía debe mantenerse, porque es lo que nos permite seguir caminando hacia ella. Si logramos generar ámbitos de mayor igualdad, zonas de resguardo, espacios seguros que no sean marginales, sino que comiencen a ocupar lugares centrales, eso constituye una estrategia viable para construir un mundo más igualitario, más justo y más democrático.

Ante esa agenda, decimoscon Eduardo Galeano: “Ojalá seamos dignos de tu desesperada esperanza” o, con la canción de Silvio Rodríguez: “Ojalá que el deseo se vaya tras de ti”

Por último, dos cositas.

La primera, felicitar a Ximena González y Cristiane Vallés que fueron electas como propuesta de Venezuela.

La segunda, last but not least. Tenemos, por honestidad y responsabilidad, que decir que no todo fue perfecto en esta la X conferencia de CLACSO.  Nunca habíamos participado en un evento más burocrático que éste.

Franklin González es Sociólogo. Doctor en Ciencias Sociales. Profesor Titular jubilado, ex director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV, Con dos postdoctorados. Profesor del Instituto de Altos Estudios Diplomático “Pedro Gual” del Ministerio del Poder Popular para la Relaciones Exteriores.Profesor del Instituto de Investigación y Postgrado de la Escuela Nacional de la Magistratura. Fue Embajador en Polonia, Uruguay y Grecia. Miembro editorial de la RevistaAmerika Latina y el Karibe. Director de Publicaciones de Intersaber y analista nacional e internacional.

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